El pasado fin de semana se oficiaron algunos bautizos en la parroquia de Santa Maria la Major, una de las más emblemáticas de Inca. Entre los familiares e invitados al acto religioso no se hablaba de otra cosa: «el agua bendita de la pila baptismal tiene gusanos».
La administración del sacramento en esta iglesia inquera estuvo más envuelta en polémica que nunca por la existencia de pequeños seres acuáticos dentro de la pila, la que contiene el líquido con el que se rocía la cabeza de los pequeños y las pequeñas, para darles su bienvenida oficial al cristianismo.
Probablemente se trata de larvas de algún tipo de insecto que, aunque no ponen en peligro la integridad de los bautizados, obligan a hacerse preguntas. Como, por ejemplo, de dónde procede el agua que se bendice y posteriormente se utiliza para bautizar a los bebés, y con la que los fieles se santiguan a la entrada al templo.