Montuïri huele a albahaca y sabe a fiesta. Este viernes las calles cobraron vida y se llenaron de color y de gente en la revetla de Sant Bartomeu. Centenares de personas se rindieron, un año más, a las danzas de los Cossiers y a las persecuciones del ‘dimoni' en una tradición que, con los años, rejuvenece y despierta más emociones que nunca.
Sobre las 18.15 horas ya había mucha expectación en la Plaça del Ajuntament. Un poco después una de las figuras más esperadas a la vez que temidas, en Banya Verda, hacía su aparición en medio de la música de los Xeremiers inquietando a pequeños y mayores. La dama, Josep Canuto, y los Cossiers: Miquel Ginard; Miquel Miralles; Pere Servera; Toni Miralles Niell; Toni Miralles Martorell y Miquel Àngel Sansó interpretaban sus danzas ancestrales seguidas de un numeroso y entregado público.
Desde la Plaça Major la comitiva recorrió las calles del pueblo en un maratoniano itinerario que se prolongó durante varias horas con paradas en diferentes domicilios interpretando las danzas. El dimoni, también se convierte en uno de los grandes protagonistas este día.