Este lunes hizo 50 años de la primera vez que una mujer accedía al cargo de alcaldesa en un municipio de Baleares. Se trata de Magdalena Mulet, una maestra de ahora 90 años nacida en Santa Eugènia, el pueblo que lideró durante casi diez años.
¿Cómo recuerda aquella etapa?
—Al principio lo pasé muy mal. En abril de 1969 recibí una notificación para que fuese a Palma a resolver un asunto importante y como yo era concejal de Cultura pensaba que tenía que ver con la escuela, pero cuando llegué me dijeron que iba a ser la próxima alcaldesa de Santa Eugènia. Entré en tal estado de nervios que me tuvieron que sujetar para que no me desplomara. Yo no quería asumir esa responsabilidad, pero al final no me quedó otra opción y el 19 de agosto de 1969 fui nombrada alcaldesa.
¿Cuál era su principal objetivo como alcaldesa?
—Trabajar para el pueblo, para los niños, para los jóvenes y para la Cultura. De hecho uno de los primeros proyectos que sacamos adelante fue el teleclub para los jóvenes, un centro cultural donde pudiesen ver la televisión y disfrutar de los libros que había en la biblioteca.
¿Qué otros proyectos sacó adelante?
—Continuamos asfaltando el pueblo y lo dotamos de electricidad. Además, abrimos una oficina de Correos, una farmacia, una caja de ahorros y recuperamos los terrenos de la estación de tren, entre otros.
¿Cuál era su filosofía como política?
—Mi lema era que un político cuando sale elegido es para hacer el bien y no buscar ninguna recompensa.
La sociedad del momento era bastante machista, ¿se sintió respaldada?
—La mayoría del tiempo sí, pero había momentos que me sentía un poco fuera de lugar. Recuerdo una vez que asistimos al Gobierno Civil y el conserje dijo: «Que pase el alcalde de Santa Eugènia», y pasé yo. Cuando vieron que era mujer se escuchaban murmullos. Después de esto, escribimos a la Real Academia para saber si era correcto decir «alcaldesa» y nos dieron su aprobación. Para mí era muy importante demostrar y difundir que las mujeres somos libres y que tenemos los mismos derechos y obligaciones que los hombres.