La prensa británica y muchos medios de ámbito nacional se han hecho eco de la OPA lanzada por un grupo de inversores, hasta hace unos días completamente anónimo, para adquirir todas las acciones de la sociedad Ferrocarril de Sóller y tomar el control de la compañía.
La gran difusión de la notícia de esta oferta de acciones sin precedentes a un precio que triplica el valor de la última compra-venta está tomando un rumbo seguramente inesperado. Y es que entre los ciudadanos de Sóller y muy especialmente entre los numersosos pequeños accionistas -principal objetivo de los compradores- sigue habiendo desconcierto y dudas sobre lo que puede suponer aceptar este negocio.
El rotativo británico The Guardian se hacía eco ayer de esta operación, que no dudaba de calificar como «oferta hostil de 25 millones de euros» y que titulaba precisamente por el rechazo que algunos de estos pequeños accionistas locales ya han expresado sobre la compra. En público, en privado o en las redes sociales aseguran que no tienen «ninguna intención» de vender sus acciones. Citando a alguno de los pequeños accionistas The Guardian titulaba el artículo con un expresivo «No toquéis a nuestro querido tren» (Hands off our treasured railway).
Esto es así aún después de conocerse algunos del los nombres que estarían detrás de la operación, aunque solo haya trancendido el de Mar Raventós -expresidenta de Codorniu- que ofreció una rueda de prensa el pasado viernes en Sóller para defender que se trata de un «proyecto serio, transparente y con » y también reveló el nombre del solleric Lluís Rullan Colom, entre los inversores interesados.