La suciedad y la degradación se han apoderado del búnker de Cala Conills en Andratx. Este niu d'ametralladores, como se conoce popularmente, pertenece a la línea de Tamarit y fue construido una vez terminada la Guerra Civil por orden del dictador. Su estado actual es lamentable, lleno de sucedidad y grafitis, y así lo han denunciado en otras ocasiones tanto ARCA como el Grup d'Estudis de les Fortificacions Balears (GEFB).
El hecho que sea difícil determinar quien es el verdadero responsable de estas contrucciones complica su preservación. «Está dentro de dominio público marítimo terreste, por lo que es competencia de Costas, pero hace años fueron desafectados por el ejército que los pasó a los ayuntamientos», explica el presidente del GEFB, Àngel Aparicio.
El experto reconoce que este tipo de construcciones cuentan con un nivel de protección bajo, ya que solo están incluidas dentro del catálogo municipal. En otras localidades se ha optado por tapiar las entradas para evitar que se conviertan en enclaves de suciedad como sucede con el búnker de Sant Elm. El Ajuntament quiere reactivar el expediente de su conservación.