Las principales zonas vinícolas de Mallorca han iniciado la vendimia tímidamente, pues se espera que el grueso de las bodegas inicie las labores la próxima semana, en función del clima y del estado de la uva en cada viñedo. El factor climático, caracterizado este año por la escasez de lluvias durante la primavera y el verano, y por las altas temperaturas que se han dado desde mediados de julio, es un factor decisivo en la maduración de la fruta y a la hora de determinar qué días se dan las condiciones óptimas para su recolección.
Tanto la DO Binissalem como la DO Pla i Llevant y la Indicació Geogràfica Proteghida Vi de la Terra Mallorca coinciden en que este año la cosecha se verá mermada en cantidad respecto a años anteriores, debido a la escasa lluvia que se ha registrado esta primavera y verano.
Sin embargo, los viñedos, en general, presentan un buen estado de salud por la menor incidencia de plagas. «En estos momentos, la uva presenta un estado sanitario y una calidad excelentes; aunque influye mucho lo que pueda ocurrir en la segunda quincena de agosto», señala Marga Amat, secretaria de la DO Binissalem.
El presidente de la DO Pla i Llevant y de Vi de la Terra Mallorca, Antoni Bennàssar, coincide en estos buenos augurios. «No podemos concretar hasta ver qué pasa con el clima de ahora hasta que termine la vendimia, pero el comentario general de los viticultores es que la producción será pequeña, por la falta de lluvia, pero muy sana, puesto que no se han detectado Mildiu u Olidio, que son plagas que necesitan humedad para desarrollarse».
Una de las plagas que los viticultores de Mallorca tienen bajo vigilancia es la Xylella, desde que se detectó su presencia en viñedos, hace dos años. «Estamos muy pendientes, porque este año se dan unas circunstancias climatológicas similares al año en que se detectó, en 2017; pero los síntomas externos solo se manifiestan en las hojas y se verán cuando termine la vendimia», añade Bennàssar.
Variedades
En cuanto a las variedades, estos primeros días de campaña prácticamente en la totalidad de bodegas se comienza a vendimiar por el Chardonnay, un tipo de uva foránea más susceptible a los efectos de las altas temperaturas que se registran estos días en toda la Isla, y Moscatel, una de las primeras en alcanzar un punto óptimo de maduración. A estas le seguirán progresivamente la Shiraz, Merlot, y más adelante, las autóctonas de uva tinta Mantonegro y Callet, la importada Cabernet Sauvignon y las blancas también autóctonas Moll y Giró Ros, entre otras menos extendidas.
En el Raiguer, la vendimia se prolongará hasta el mes de octubre, una fecha similar a la que prevén las bodegas de mayor tamaño en toda la geografía mallorquina. Para los cellers más pequeños, la campaña finalizará a lo largo de septiembre.
Campaña hasta octubre
Ayer comenzó oficialmente la campaña de vendimia en la DO Binissalem, aunque fue solo una bodega, Can Verdura, la que inició la tarea con la variedad Chardonnay. Tomeu Llabrés, propietario de la bodega, destacó sus buenas sensaciones ante la campaña que comienza. «El estado sanitario de las viñas es perfecto, hay menos uva pero de muy buena calidad».
La principal amenaza que afrontan ahora los viticultores son el comportamiento del clima. «Un golpe de calor y temperaturas muy altas pueden secar el grano, o también bajar la acidez de la uva, y estos factores influyen en el resultado final del vino», añade Llabrés. Por el contrario, unas tormentas excesivas, o un granizo, serían factores muy perjudiciales, por ello las próximas semanas el tiempo es crucial. Lo que sí se da por hecho es la merma en la producción en esta temporada. La DO Binissalem espera una cosecha moderada, algo inferior a los 1.615.000 kilos recolectados en la campaña de 2018. A finales de octubre se conocerá este dato.