La piscina municipal de Búger se reabrió este jueves, tras permanecer cerrada al público seis días por una mala depuración del agua. Fue clausurada para el baño el pasado viernes, después de que se detectara una contaminación por la bacteria Pseudomonas.
«Hemos realizado un tratamiento de hipercloración del agua y después de éste, un nuevo análisis en el que han salido todos los parámetros correctos y aptos para el baño», confirma el alcalde, Pep Lluís Pons (Més), quien añade que dentro de dos semanas se hará una tercera analítica del agua, por seguridad.
La piscina de Búger arrastra problemas desde hace tiempo, hasta el punto de que el Govern puso una multa de 11.000 euros al Ajuntament por infracción grave. Pons achaca el problema a que «las bombasde filtrado del agua son antiguas y la arena no se ha cambiado desde hace años».
Un historial de problemas
Por su parte, el exteniente de alcalde Pere Torrens (PSOE), culpa de los problemas a la anterior alcaldesa, Liniu Siquier «que puso un sistema salino que no funcionó, se derrocharon 13.000 euros y el agua estaba turbia; nosotros a principios de 2019 volvimos a pasar a la clorificación con un coste de unos 7.000 euros».
El alcalde actual, Pons, concluye que «con esta última inversión solo se volvió de la sal al cloro, pero no se renovó la maquinaria; hoy en día hay sistemas mucho más eficientes». Sin embargo, una nueva inversión no será posible mientras no haya una mayoría y el presupuesto esté prorrogado.