Los partidos de la oposición en el Ajuntament de Santa Margalida han criticado que un enfrentamiento personal del alcalde, Joan Monjo, con el Govern, mantiene paralizado el proyecto para construir un nuevo colegio de Primaria en Can Picafort que permita poner remedio a la saturación del actual CEIP Voramar.
Por su parte, Joan Monjo, del partido de ámbito local Convergència, se defiende de estas acusaciones con un certificado emitido por el secretario de la Corporación en el que da fe de que, desde la última comunicación remitida por el Ajuntament de Santa Margalida a la Conselleria de Educació, hace un año y un mes, ésta no ha vuelto a dar respuesta. Esta última carta del alcalde dirigida al director del IBISEC, Miquel Coll, fue remitida en abril de 2018 y según el alcalde, no ha tenido más respuesta.
Monjo está convencido de que «no hacen el colegio por una cuestión económica. La Conselleria nos propuso en 2017 que el Ajuntament adelantara el dinero para hacer el colegio y mientras estuvimos dispuestos, todo fue bien; pero en cuanto los servicios jurídicos nos dijeron que no era legal, todo cambió», argumenta Joan Monjo.
El 21 de febrero de 2018 la Conselleria solicitó al alcalde una documentación relativa a la cesión de un solar por parte del Ajuntament para la construcción de un centro escolar de Infantil y Primaria de dos líneas. El 18 de abril de 2018, Joan Monjo respondía al IBISEC, pero no para adjuntar la documentación requerida, sino para argumentar que ésta ya debería estar en poder de la propia Conselleria fruto de otros trámites realizados durante las dos legislaturas que lleva gestándose el proyecto.
El concejal y candidato de SUMA, coalición de izquierdas en el Ajuntament, Xisco Bergas, señala que «el alcalde ha dicho por activa y por pasiva que no enviaría esta documentación al Govern, y lo hace por su orgullo. Dice que nos enredan porque no hay dinero, cuando en 2018 había un partida de 480.000 euros y en 2019 una de un millón y medio para el nuevo colegio de Can Picafort. Que mande los papeles y luego ya podrá decir si el Govern cumple o no».
El presidente de Can Picafort Unit, otro de los partidos de la oposición, suscribe los argumentos de SUMA. «Es el orgullo del alcalde lo que tiene el colegio paralizado. Ha dicho por activa y por pasiva que no mandará esta documentación que le piden y lo hace por su guerra personal contra el Govern que comenzó por el proyecto de la depuradora y ha continuado con el del colegio», señala Nofre Plomer, concejal y presidente de CPU.
La construcción de un nuevo colegio en Can Picafort es urgente, pues el Voramar se ha quedado obsoleto y muchas clases se realizan en aulas prefabricadas.