Can Toni de sa Coma, el popular negocio de antigüedades fundado en 1970 por Antoni Bisbal, cerrará sus puertas en verano o incluso antes si su actual propietario e hijo del fundador, Jeroni Bisbal, consigue liquidar los miles de muebles antiguos, objetos, enseres, libros y «pequeños tesoros» que se acumulan en el interior.
A pesar de contar solo con medio siglo de existencia, Can Toni de sa Coma es muy popular entre coleccionistas y amantes de lo antiguo y por el peculiar sistema de llevar el negocio de Jeroni Bisbal.
Así, no es raro que cuando está cerrado haya objetos en la calle para quien quiera se los lleve, ya sean libros o muebles. O incluso canastos con frutas del bosque.
Las tertulias con amigos, vecinos o clientes son también habituales.
Jeroni Bisbal ha decidido ahora cerrar este negocio por la bajada de las ventas. «Ahora ya no nos llaman como antes para vaciar una casa a precio cerrado; hay otras formas de vender o comprar, sobretodo por internet».
También han cambiado los gustos. «Los extranjeros ya no buscan una decoración rústica sino mobiliario efímero y funcional», explica.
El local de la calle de la Rosa será alquilado para convertirse, seguramente, en otro de cara al turismo o a los visitantes como los que han proliferado.