La figura de Ramon Llull tuvo una importancia muy relevante en la Iglesia mallorquina pese a no haber alcanzado, aún, la santidad. El Consell de Mallorca, a raíz de la celebración en 2016 del Any Llull, que conmemoró el VII centenario de la muerte del beato, decidió seguir apostando por la revitalización de una figura tan importante para la Isla. Por ello, desde entonces, y en tres convocatorias anuales, distintas parroquias o entidades se han podido beneficiar de este programa. Su objetivo es poner en valor la figura de Ramon Llull.
Patrimonio
En las dos primeras convocatorias se han beneficiado de estas ayudas un total de 11 elementos patrimoniales, entre bienes muebles e inmuebles. Así, en 2017 y 2018, el Consell ha destinado un total de 103.000 euros a la recuperación de estas piezas o elementos. Y para este año 2019 se ha vuelto a abrir la convocatoria y ya existen algunas peticiones, como la instalación de unos vitrales en la parroquia de Algaida.
Francesc Miralles, vicepresidente y conseller insular de Cultura, indica que «la propuesta surgió a raíz de una de las apreciaciones que nos hicieron llegar al finalizar el Any Llull. Nos dijeron que se hacían muchas actividades y actos a lo largo del año dedicado a Llull pero después las instituciones nos olvidábamos de su figura. Por ello, para seguir una labor anual, y no cada 100 años, decidimos impulsar estas ayudas». Miralles también añade que en buena parte fue a raíz de la publicación del libro de la historiadora del arte Miquela Sacarès titulado Vivat Ars Lulliana. Ramon Llull i la seva iconografia, «que nos dimos cuenta de la ingente cantidad de patrimonio existente en torno a Llull».
A estas actuaciones hay que añadir el arduo trabajo que ha sido recuperar para el público en general, tras su acondicionamiento, la cueva de Ramon Llull ubicada cerca del santuario de Cura, en el municipio de Algaida.
En estos primeros proyectos se ha intervenido en elementos tan importantes como pueden ser el sepulcro de Ramon Llull, situado en Sant Francesc de Palma, o en pinturas del Beat existentes en parroquias como las de Sencelles, Sineu, Santa Margalida o sa Pobla. O en una escultura del siglo XVII de Ramon Llull de la parroquia de Artà.