Las obras de construcción de una piscina y un recinto cerrado de dos metros de altura sobre las rocas en Cala Figuera, en Santanyí, han provocado las quejas de vecinos y comerciantes. Aunque la propiedad de la vivienda, que se destina a alquiler vacacional, no obtuvo el permiso de obras por parte del Ajuntament hace unos cinco años, una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Palma sí que ha permitido su construcción.
La presidenta de la asociación de vecinos de Cala Figuera, Antònia Amengual, hizo público el malestar e informó que los afectados «hemos puesto el tema en manos de abogados porque no entendemos cómo se permite la construcción de esta piscina».
Además de la piscina, la propiedad también construye una pared de un metro de altura más otro de vallado para garantizar la privacidad de los clientes. Los afectados critican que este vallado eliminará las vistas a los negocios ubicados en el paseo peatonal de Cala Figuera.