«Estoy muy contenta por haber hallado los restos del hermano de mi abuela (Julià Fullana Mas), pero a la vez estoy muy triste ya que de esta manera se confirma lo que me decía mi abuela. Que lo habían tirado vivo en el pozo de s'Àguila. Y es verdad». Con estas palabras Magdalena Garau, nieta de una hermana de Julià Fullana, mostraba su satisfacción por el hallazgo de los restos de tres personas a 47 metros de profundidad del interior del pozo de s'Àguila en Llucmajor.
Históricamente, de manera oral, hay constancia que fueron arrojados, vivos o muertos, el socialista llucmajorer, Julià Fullana, y otros trabajadores, trencadors de marès, de las canteras de ses Cadenes o es Pi·llarí. Ahora, hasta que no se realicen las pruebas de ADN no se podrá conocer si uno de los individuos hallados corresponde al joven socialista, Fullana.
Almudena García, directora de los trabajos de exhumación, que realiza el Instituto Aranzadi, manifestó que «después de bajar siete metros el nivel inicial del pozo, han aparecido los restos humanos de tres personas». García también añadió que «los tres esqueletos presentan múltiples fracturas en sus huesos. Probablemente debido a los golpes padecidos durante la caída». Los arqueólogos también descartaron la presencia de cal viva sobre los cuerpos, como señalaba la tradición oral. Hoy seguirán los trabajos para sacar los restos de estos individuos y no se descarta la presencia de otras víctimas.
Llamamiento
Es por ello que tanto la consellera de Cultura, Fanny Tur, como la presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, realizaron una llamamiento a las personas con familiares desaparecidos para que se acerquen a la Conselleria para que se les realice las pruebas de ADN.
Tur señaló que «con el hallazgo de restos humanos en el interior del pozo de s'Àguila, se confirma la leyenda negra» que desde 1936 ligaba este elemento arquitectónico de la Marina a la represión vivida durante la Guerra Civil en Mallorca.