Hasta un total de 181 intervenciones informativas a excursionistas tuvieron que realizar los voluntarios de la Fundación Vida Silvestre Mediterránea que vigilan las zonas de nidificación protegidas en las que se cría el Voltor Negre, ave emblemática de la isla y la rapaz más grande que se conserva en Europa.
Los excursionistas que en ocasiones sin advertirlo pero otra siendo consciente de ellos entraban en los parajes protegidos fueron avisados dentro de las 36 salidas que protagonizan los voluntarios de esta campaña de vigilancia de la zonas de nidificación y que se han realizado en fines de semana y días festivos entre los meses de febrero y junio y que en el pasado 2018 ha llegado a su trigésimo tercera edición.
Voluntarios
Un total de 33 personas colaboraron en el pasado ejercicio con esta fundación realizando estas salidas informativas que tratan de concienciar de la extrema fragilidad del proceso de cría del voltor negre. Estos voluntarios informaron asimismo a los excursionistas de rutas de senderismo alternativas y pasaron posteriormente informe de sus intervenciones a los agentes de Medi Ambient de la Consellería.
Este buitre realiza su cría solo entres estos meses comprendidos entre febrero y junio y una sola molestia o intervención humana puede provocar su abandono del nido y del huevo, fracasando así el proceso reproductivo.
Estas y otras medidas han logrado que con el tiempo una especie que prácticamente se consideró desaparecida haya podido remontar su situación y contar ahora con una población que permite ser optimista en cuanto a su futuro.
Reunión
Estos datos fueron facilitados en la reunión informativa que para sus colaboradores organizó la Fundación ayer en su sede de Campanet. La Fundación, antes bajo de denominación Black Vulture Conservation Foundation, empezó su cooperación con la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear en 1986, cuando la situación del buitre negro en Mallorca era crítica.
La evolución de los datos es testigo de la labor desarrollada. Si en los primeros años las cifras eran desalentadoras, con ninguna cría, ya en 2005 se llegó a los 8 pollos y de ahí a los 14 de 2015 o a los 25 de 2017 o los 26 del pasado año, lo que indica una clara tendencia de recuperación de la especie.
Durante la reunión el coordinador del voluntariado de vigilancia de la FVSM, Pep Tapia, explicó las funciones y tareas que desarrollan los participantes en las salidas, dio las pautas de vigilancia e indicó las zonas en las que se realizará. Así mismo fueron presentadas también otras actividades y programas de voluntariado como son el programa de divulgación y organización de eventos, el programa de educación ambiental, un proyecto de custodia del territorio en Ariant y las jornadas de voluntariado para la mejora del Centro de Conservación de la Vida Silvestre Mediterránea.