La edición 101 de la procesión de Sant Sebastià en Es Capdellà no ha sido diferente a las de los últimos años, y un centenar de vecinos se han tenido que conformar con sacar un retrato del santo, ante la negativa del párroco a permitir procesionar la imagen.
Las calles de la localidad calvianera viven esta descafeinada procesión desde que en 2016 el párroco prohibiera sacar de la iglesia la talla de Sant Sebastià, una tradición que se remontaba a 1918 y que conmemoraba que la mortal epidemia de gripe que ese año asoló buena parte de Mallorca no llegó hasta esta población.
Este domingo un centenar de vecinos del pueblo han caminado por las calles con flores en sus manos. Esta vez ha acudido el propio obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, en persona para tratar de calmar los ánimos y mediar entre los feligreses y su capellán, aunque las cosas siguen tan enrocadas como el primer día.
Los vecinos han depositado las flores a los pies de la imagen, junto al altar, y han reclamado una iglesia abierta al pueblo. Además han participado en la procesión algunos políticos del municipio, como Andreu Serra, Rafel Sedano, Eva Serra y Juan Cuadros.