El Ajuntament de Calvià arrancó este miércoles el último ejercicio de la legislatura con los presupuestos prorrogados de 2017. El gobierno en minoría del PSOE no pudo hace 13 meses aprobar las cuentas del 2018 y se vio obligado a prorrogar las del año anterior. Unas previsiones económicas que, principiado el 2019 aún siguen vigentes. ¿La razón? La imposibilidad hasta hoy, como finalmente ocurrió hace ya más de un año, de asegurar los apoyos suficientes para dar salida a las cuentas.
Fuentes del equipo de gobierno liderado por el alcalde Alfonso Rodríguez Badal apuntaban este miércoles que, hasta el momento, «se ha ido confeccionando un proyecto inicial con las necesidades de las diferentes áreas y ya ha habido un primer encuentro con el resto de partidos para escuchar propuestas. El paso inmediato ahora es poder tener, de nuevo, contacto con estos grupos para buscar acuerdos e ir cerrando la propuesta que finalmente se eleve a la consideración de pleno», señalan. De este modo, el periodo de negociación todavía está por abrir y resulta difícil que pueda votarse antes de que enero concluya. Y es que la aprobación conlleva el apoyo de los socios de investidura del alcalde –los dos ediles de Esquerra Oberta–, más un tercero. El que precisamente falló el año pasado. Asimismo, la proximidad de los comicios locales añade más dificultades a esta aprobación, pues cualquier apoyo o alianza pasa por el cedazo de los cálculos electorales.