Alrededor de 300 personas han recorrido este domingo a pie o en bicicleta los 13 kilómetros que separan las localidades de Campos y Llucmajor para protestar, una vez más, contra la construcción de los nueve kilómetros proyectados de autopista hasta el núcleo de Campos.
Convocados por la plataforma antiautopistas, bajo una densa niebla los participantes se concentraron en la plaça de Can Pere Ignasi. De allí ha salido alrededor de las 10.00 la marcha con una gran pancarta al frente con el lema ‘autopista mai'. Muchos portaban banderas negras, para escenificar la muerte del transporte público y el consumo de territorio –substituido por asfalto- en ésta comarca. «La autopista no solucionará los problemas de circulación y de colapso que se produce casi a diario», han explicado algunos de los manifestantes. También hubo pancartas para reivindicar el retorno del tren hasta Santanyí.
De Campos salieron alrededor de 250 personas, aunque por el camino se fueron sumando más, y según la organización se llegó a los 340 marxaires.
El alcalde de Campos, Sebastià Sagreras (PP), ha comentado que «en Campos todos nos conocemos y de aquí todavía no he visto ningún manifestante», y ha mostrado su «indignación» por tener parte de la vía cerrada «un domingo por la mañana de Navidad, donde los 50.000 vecinos de toda la comarca no podemos ir a Palma y ellos han llegado con sus coches desde Palma hasta aquí llevando las bicis colgadas. Todo esto que hacen es postureo. Y cuando se vayan otra vez la carretera volverá a estar abierta. O sea, que han molestado a toda la gente de la comarca que no hemos podido ir a Palma con normalidad».
La marcha hasta Llucmajor ha transcurrido con normalidad. Y una vez allí ha habido parlamentos, glosat y una comida de compañerismo para todos los participantes.
A parte de la manifestación, en algunos kilómetros de la vía ya se ve el trabajo de la maquinaria y los operarios que trabajan construyendo la autopista.