Decenas de particulares llegaron este lunes hasta el faro de Formentor con su coche, ignorando la prohibición de circular con vehículo privado por la zona, vigente desde el pasado 9 de julio (excepto las bicicletas y demás autorizados). La acumluación de vehículos en la vía llevó a que el Consorci de Transports de Mallorca, el organismo que gestiona el bus lanzadera que enlaza ambos puntos, suspendiera el servicio temporalmente por motivos de seguridad. Está previsto que esta mañana se reanude.
Varias fuentes señalan que los coches particulares (un testimonio habló de hasta 70 vehículos) entraron en el tramo restringido después de que la Guardia Civil de Tráfico ordenara quitar la barrera que el Ajuntament de Pollença hizo instalar y advirtiera que no tenía cobertura legal para parar a los coches y vetarles la entrada, a pesar de la señal que prohibe la circulación. Se deduce que este trabajo (custodiar una barrera en la vía pública y decir a los conductores por qué carreteras pueden desplazarse y por cuales no) únicamente pueden hacerlo los agentes de la Guardia Civil.
La acumulación de coches en la carretera restringida y la zona de aparcamiento junto al faro entorpecieron los trayectos del autobús lanzadera hasta el punto de impedir el normal desarrollo del servicio. Entonces se tomó la decisión de suspenderlo, y de hecho quedó suspendido desde el mediodía hasta el fin de la jornada. Pero solo para ir hasta el faro, no para bajar hasta la playa.