Después de las 'canonades' y los cohetes que dieron el inicio oficial a las fiestas de La Patrona de Pollença este pasado jueves al mediodía, la polémica llegó al pueblo de la mano de unos jóvenes que, en medio de la fiesta, sacaron en procesión una imagen de la Inmaculada, colocada encima de una madera y rodeada por un par de latas de cerveza, haciendo sonar un cascabel y pidiendo «un donativo».
Las reacciones no tardaron en saltar a las redes sociales y fueron muchos los vecinos que denunciaron esta improvisada procesión y la calificaron de una «falta de respeto» o «un acto de mal gusto».
Desde las parroquias de Pollença, y ante el revuelo generado, han hecho un comunicado este viernes en el que lamentan la parodia de la «procesión realizada y el uso indebido de una imagen sagrada». Además, critican la «burla hacia una manifestación de fe y tradición como es la procesión de día 2 de agosto».
Desde las parroquias añaden que «no pedimos ningún trato de favor, simplemente el mismo respeto y trato que otros colectivos de nuestra sociedad han pedido y se merecen. Actos como el sucedido ayer por la tarde no sólo no ayudan a la convivencia, sino que crean crispación dentro de nuestra sociedad plural y contribuyen que el odio y la falta de respeto sean la tónica dominante enfrente de la convivencia constructiva y el civismo».