El alcalde socialista de Capdepera, Rafel Fernández, ha pedido la dimisión de la consellera de Salut (también del PSOE), Patricia Gómez, por su «inoperancia» con la reforma de la Unitat Bàsica del núcleo costero. «No debería ocupar el cargo que tiene porque no trabaja igual para todos los baleares». Con esta dura crítica, el Ajuntament, gobernado en minoría por el PSOE, ha transmitido su malestar por «el trato lamentable del IB-Salut hacia los gabellins y gabellines».
Hace siete años empezaron las reuniones para rehabilitar este centro sanitario que está en muy malas condiciones. De hecho, los trabajadores han denunciado en varias ocasiones el mal estado del edificio que dificulta poder ofrecer un buen servicio. Hace tres semanas empezaron las obras, pero, según ha denunciado el Ajuntament, «los trabajadores de la empresa subcontratada no trabajan alegando falta de crédito para comprar herramientas y material». Fernández explica que «hay un único operario trabajando, que no hace nada porque no tiene material, pero no puede abandonar su puesto de trabajo».
La regidora de Sanitat, Lorena Molinillo, se ha intentado poner en contacto con el IB-Salut y, según apuntó, «no he obtenido ninguna respuesta». Cuando se iniciaron las obras, las consultas de un médico y de Pediatría se han tenido que trasladar a Capdepera, ya que así lo exigió el IB-Salut. Un traslado que, según el Ajuntament, ha levantado muchas críticas entre los padres de los niños usuarios del centro.
El alcalde explicó que «el calor en verano y el frío en invierno, así como la falta de espacio, son los problemas más acuciantes. Los expedientes se guardan en un espacio que sirve al mismo tiempo de cafetería, microondas y dispensador de agua. Una consulta no tiene ventilación ni lavabo para que el médico pueda lavarse las manos. Para paliar el calor los trabajadores se tienen que mojar la cabeza e ir en pantalón corto. En invierno, el pediatra no puede auscultar a los niños porque no los puede hacer desvestir a causa de las temperaturas que hay en las consultas».
Cala Rajada, en verano, incrementa su población. Los turistas han tenido que padecer el mal estado del edificio. El alcalde comenta que «tildan este centro de tercermundista».