Lloseta amaneció el domingo desolada bajo un intenso aguacero que hacía presagiar lo peor, pero tal y como dice el refrán: «A mal tiempo buena cara».
Comerciantes, fabricantes y artesanos se colmaron de paciencia y ya cerca del mediodía el tiempo despejó y permitió recuperar las ventas en la feria temática, la única especializada en calzado de la Isla. Sí se suspendieron algunos de los actos más novedosos del programa que incorporaba este año una nueva vertiente gastronómica. Es el caso de los showcooking. El Ajuntament había elegido este año a los chefs Santi Taura, Joan Abrines y Tomeu Lassio para ser sus embajadores.
«El sábado el tema de la gastronomía funcionó muy bien y se agotó todo el género», explicó ayer el alcalde Chema Muñoz. En contraposición los fabricantes de calzado hablaban de un sábado «algo más flojo en ventas de lo habitual». La cosa mejoró ayer a partir del mediodía.
La feria ha cumplido diecinueve ediciones. Desde sus inicios ha destacado por la apuesta de un sector, el de la fabricación del calzado, tocado de lleno por las dificultades económicas. Hoy sobreviven cuatro empresas de calzado locales, todo un ejemplo de superación.