La intervención que el muralista Francisco Bosoletti hizo en octubre de 2016 en una fachada de un hotel de Can Picafort ya no existe. La propiedad del establecimiento, el hotel Mar y Paz, repintó hace unas semanas la pared que albergaba el mural del artista argentino en el contexto de una reforma del edificio.
El borrado ha sido comentado en Can Picafort. Y ha disgustado a al menos una parte del vecindario, que después de casi dos años de convivir con él ya veía el mural del argentino como un elemento más del paisaje urbano picaforter. Bosoletti realizó dicha intervención en la primera edición del festival de arte urbano Saladina Art Fest, al que asistió como artista invitado. Pintó a una mujer mayor, sentada, que representa «la vida local de Can Picafort a través de las abuelas, cómo resiste ante el crecimiento urbanístico y turístico», en palabras de Joan Aguiló, también muralista y director del Saladina Art Fest.
Sebastià Rosselló, copropietario del hotel Mar y Paz, explicó que repintaron el mural para solucionar los problemas de humedades que tenían en las habitaciones que daban a esta fachada (orientada hacia el norte).