El árbol que pasará a la historia por partirse en dos durante la fiesta de Sant Antoni al entrar en la Plaça Vella fue retirado, cumpliendo con la tradición, a primera hora de este Miércoles de Ceniza.
La víspera de la retirada se reunía por segunda vez la comisión de expertos que analiza qué medidas adoptar para mejorar la seguridad de la fiesta de cara a próximas ediciones. Han alcanzado cierto consenso en torno a la necesidad de establecer una medida máxima de 20 metros de longitud y 40 de grosor para el pino y quedan sobre la mesa otras cuestiones como la posibilidad de instalar una red anticaídas.
Fue el concejal de Tots, Miquel Llobeta, que se incorporó a la comisión precisamente el martes porque no había sido invitado a participar en la primera reunión, quien propuso encargar un estudio técnico sobre la posibilidad de instalar una red de seguridad, que sin interferir en la fiesta, minimice el riesgo de caídas durante el proceso de escalada. Su propuesta quedó sobre la mesa.
Otra cuestión que se trató fue la conveniencia de que la cesta (aunque sin gallo vivo) regrese a la copa del árbol. Este año la policía impidió que la colocaran.