Un ciudadano francés ha presentado ante el Ajuntament de Sóller una reclamación para que le sea devuelta la casa que fue donada por la familia Ballester Llabrés al municipio en el año 1975 para ampliar la casa-hospicio entonces regentada por las religiosas de la Caridad.
La junta de gobierno local desestimó este martes esta petición, por lo que esta persona deberá recurrir a los tribunales si quiere seguir reclamando la reversión.
En su escrito, dirigido al Ajuntament, Jean M. García asegura ser sobrino de la antigua propietaria, Isabel Llabrés Seguí, de la que también sería heredero, hecho que el Ajuntament no ha podido constatar. Argumenta –a través del bufete que le representa– que la casa debe volver a los herederos, ya que la donación estaba condicionada al «acogimiento de ancianos y enfermos pobres», mientras que ahora se dedica a oficinas municipales. La casa se anexó al antiguo Hospicio de Sóller, pero se destinó a otras necesidades cuando las monjas dejaron el servicio y los ancianos fueron derivados a la residencia Bell Entorn, en la que el Ajuntament cuenta con plazas, por lo que nunca ha abandonado la atención geriátrica.