Una decena de alumnos almuerzan cada día en un lugar apartado de la entrada de la escuela pública Voramar, la única de Can Picafort. Los cerca de 500 alumnos de Primaria disponen de solo dos lavabos –uno para los chicas y otro para ellos– con un único retrete operativo cada uno. Estas carencias, que denuncia el partido Can Picafort Unit, son por causa «de la masificación que padece el centro y de la falta de mantenimiento».
Nofre Plomer, concejal de CPU, explica que la escasez de espacio ha provocado que una parte de los alumnos que almuerzan en la escuela tengan que comer en una zona muerta del hall, «delante de recepción. Los chavales nunca caben, el comedor está saturadísimo, las imágenes hablan por sí solas», critica Plomer.
El edil de CPU lamenta también que los alumnos de Primaria dispongan de solo un baño para los chicos y otro para las chicas. «Pero lo más grave es que un solo retrete de cada baño funciona. Los otros retretes (cada baño tiene dos) llevan tres años averiados y no han sido reparados. Esto hace que se tengan que limpiar cuatro veces cada día», añade Plomer.
Plomer atribuye a la falta de espacio la problemática del comedor, pero responsabiliza al Ajuntament de Santa Margalida de la avería sin solucionar de los retretes. En este sentido, recuerda que la construcción de nuevos centros corresponde a la Conselleria, pero su mantenimiento es competencia del Ajuntament.
Hay que recordar también que el pleno aprobó la semana pasada por unanimidad reclamar al Govern que dote el presupuesto de 2017 con una partida para construir otro colegio en Can Picafort. «Hay que solucionarlo, no podemos seguir así», critica Plomer.