Los seis refugios de montaña del Consell de Mallorca registraron en su conjunto un descenso del 14,1 por ciento en el número de huéspedes durante el pasado mes de julio. Pese al verano turístico de récord, los albergues de montaña propiedad de la institución insular han recibido 1.270 visitantes, 210 menos que durante el mismo mes de 2016. Todo ello, con el agravante de que este año ha abierto sus puertas el refugio de sa Coma de'n Vidal (Estellencs) que ha aportado a lista global de usuarios unas decenas que no figuraban en años anteriores.
Dede el departamento insular de Medi Ambient atribuyen el bajón en las reservas y pernoctaciones a que «este verano ha hecho muchísimo calor y no ha habido tanta demanda. También es cierto que el año pasado la demanda subió mucho», aseguran las fuentes consultadas.
De los seis albergues que conforman la red que administra el Consell de Mallorca, sólo dos, los de Can Boi (Deià) y Muleta (Sóller), experimentaron datos positivos en julio. En el primero, el número de visitantes creció un 12 por ciento, pasando de las 226 pernoctaciones el año pasado, a 254 el presente. En cuanto al segundo, el aumento de usuarios escaló hasta el 23 por ciento. En Muleta durmieron este mes de julio 71 personas más que hace doce meses, cuando el número de huéspedes se situó en 300. El resto de ellos acredita números negativos.
En Tossals Verds (Escorca), el decrecimiento fue del 36 por ciento. Pasando de 333 usuarios a 213. En Son Amer (Escorca) la minoración fue aún mayor, llegándose a situar en el 45,5 por ciento con respecto al año pasado. Si entonces 336 personas eligieron pernoctar allí durante el mes de julio, en 2017 han sido sólo 183.
En lo tocante al refugio de Pont Romà (Pollença) el bache en el número de usuarios no fue en julio tan pronunciado como en el caso de Son Amer, pero tampoco fue óptimo. De los 285 visitantes de julio de 2016, este año se ha bajado hasta los 201, lo que representa un variación interanual negativa del 29,4 por ciento.