El enfrentamiento que el Ajuntament de Santa Margalida mantiene con el Govern y el Consistorio de Muro por la construcción de la depuradora de Son Bauló abre un nuevo flanco. Joan Monjo, alcalde de Santa Margalida, ha ordenado a la Policía Local que tome muestras del agua ya depurada que el Govern infiltra cerca de Son Real para analizarla. Si los resultados acreditan que el agua está mal depurada, el Consistorio margalidà se querellará contra al Govern por «un posible delito medioambiental», anunció Monjo.
El Ajuntament de Santa Margalida sospecha que el agua infiltrada en el subsuelo –en pozos– de Son Real está deficientemente depurada. Esta agua procede de la planta de s'Albufera, que trata las aguas residuales de Platja de Muro y Can Picafort.
Es públicamente conocido que esta depuradora es incapaz de tratar adecuadamente el volumen de residuales que recibe en verano, que no tiene capacidad para absorber lo que recibe. La planta funciona además mediante balsas, un sistema que se ha revelado poco eficaz en la Isla.
«Hace una quincena de años que el Govern no hace el mantenimiento adecuado de la depuradora, de las tuberías que conducen las aguas residuales de Can Picafort a la planta ni de las estaciones de bombeo que la impulsan», señaló Monjo, recordando las numerosas quejas que hoteleros, colectivos ecologistas y vecinos hacen un verano tras otro en este sentido.
«Luego –prosigue el alcalde– el Govern se excusa en que los pozos de infiltración no son una solución porque se colmatan... ¿Cómo no van a colmatarse si la calidad del agua que infiltran es pésima? Por esta razón denunciaremos al Govern».