Los vecinos del Arenal de Llucmajor denuncian la supuesta permisividad con la suciedad y los estragos que genera el turismo de borrachera y el botellón en la zona, que ya se evidencian a finales de mayo, cuando todavía los alojamientos en este enclave no están a pleno rendimiento.
Sobre esta cuestión, una de las ciudadanas del lugar, de nombre Patricia, ha remitido una serie de fotografías captadas en las últimas horas.
Lamenta que la primera línea de la playa y su paseo marítimo sean impracticables para su teórico cometido: pasear. Sin embargo, están colapsados de botellas vacías, vasos de plástico, y otros elementos, que obligan a los servicios de limpieza a emplearse a fondo a diario.
Lamenta, además, que los jóvenes con demasiadas copas de más no campan a sus anchas de una forma tan evidente en la zona palmesana del gran arenal de la Platja de Palma.
«Es una verdadera lástima que todos los días tengamos estas postales», sentencia.