Las obras de asfaltado de las calles y la supresión de barreras arquitectónicas en el centro de Cala Rajada han levantado la polémica. Desde el grupo de la oposición, Més per Capdepera, han mostrado su «indignación» por el inminente inicio de estos proyectos en plena temporada turística.
«Comerciantes, restauradores y hoteleros de las zonas afectadas nos han hecho llegar su preocupación ante esta falta de previsión del gobierno municipal». Así lo explica el grupo municipal que recuerda que «las obras están subvencionadas por el Consell y cuando se sacó la convocatoria se dejó claro que las obras tenían que estar acabadas a día 31 de agosto».
Més per Capdepera re crimina al gobierno que «la tramitación no ha sido ágil ni eficiente y ha tenido retrasos injustificados. El proceso de licitación empezó a mediados de febrero cuando debería hacerse iniciado en enero. También desde que se adjudica a que se formaliza el contrato pasa casi un mes».