La crisis interna que arrastra el Reial Club Nàutic de Pollença desde hace más de tres años aflora una vez más, a pocos días de celebrarse la asamblea anual de socios en la que previsiblemente se tratarán, entre otras cuestiones, las negociaciones que mantiene la actual directiva con el Govern balear para renovar o conseguir una nueva concesión administrativa sobre las instalaciones más allá de julio de 2018.
La filtración, el pasado mes de octubre, de una carta que un miembro de la directiva del club de origen extranjero habría remitido por correo electrónico a otro miembro de la directiva despreciando a los socios mallorquines (en pleno debate sobre la insuficiencia de amarres para todos) dejó ver un conflicto sin precedentes en la entidad. Tras estallar la polémica, la directiva expedientó al autor de la carta y desde entonces poco ha trascendido de la negociación abierta con la Administración autonómica que podría acabar con los privilegios de los socios más antiguos.
Falta información
Un grupo de socios descontentos con la actual directiva ha registrado ahora una carta dirigida a Allan Ponte, presidente del club, advirtiéndole del oscurantismo que rodea a la asamblea prevista para este sábado. «La documentación que aparece en la web del club y a la que tienen acceso los socios es insuficiente, no cumple lo dispuesto en la ley ni en los estatutos y vulnera el derecho de información de los socios», dicen.
No solo solicitan información detallada sobre el proceso de renovación de la concesión con Ports, sino también sobre las cuentas anuales de 2016, la contratación del gerente del club y las condiciones laborales de los trabajadores de la entidad.