Los núcleos costeros de Cala Millor y Cala Bona han vivido una Semana Santa un tanto atípica. La afluencia de obras en primera línea, una vez iniciada la temporada turística, ha generado un cierto malestar entre los comerciantes y visitantes. El Partido Popular, en la oposición, ha denunciado «la mala imagen turística» de esta zona durante las fiestas de Pascua que este año ha contado con un elevado nivel de ocupación.
El portavoz popular, Jaume Servera, criticó «la falta de previsión del equipo de gobierno a la hora de programar unas obras que desde hace años se vienen planteando». «Si en lugar de iniciarse durante el mes de febrero o marzo se hubieran empezado en noviembre se hubiera podido evitar todas estas quejas. Lo que han hecho es cargarse todos los esfuerzos que se hacen en la promoción turística y en la desestacionalización. Los visitantes se han llevado una mala imagen de nuestra zona», asegura.
Desde el Partido Popular tienen claro que la mejora de las infraestructuras es una «necesidad», en el sentido que «hace muchos años que no había una inversión pública». Servera quiso dejar claro que «no cuestionamos el cambio que supondrán todas estas obras, sino que lo que es impensable es que se lleven a cabo una vez que se ha iniciado la temporada turística». Juana Ana Servera, también regidora del PP, destaca que «en Cala Bona ha habido muchas quejas por parte de los empresarios en el sentido que los turistas los desviaban por una callejuela en mal estado y muchos de ellos ya ni se acercaban a la zona comercial. Nadie pone en duda de lo importante que son las inversiones públicas pero muchos coincidimos en señalar que la fecha no es la más adecuada».