«Puedo decir que el Vía Crucis pertenece a todos los habitantes de la Cala Sant Vicenç, no a una familia en concreto y tiene que estar en el Museu». Helenita Olivares, viuda de Aligi Sassu, reacciona así después de que la familia Vidal haya reclamado la titularidad de esta obra realizada por su esposo, que se exhibió durante años en el templo de la Cala.
El Ajuntament y la parroquia alcanzaron en 2015 un acuerdo que permitió, tras años de disputas sobre la propiedad, restaurar el Vía Crucis que ahora se expone en el Museu de Pollença.
En declaraciones a Ultima Hora, Gerardo Vidal aseguró hace unos días que «el Vía Crucis es de nuestra familia, desde siempre». Explicaba que su familia tenía una gran amistad con el artista y su esposa. «Esa buena amistad y el interés que desde siempre tuvo mi padre por la pintura, desembocó en un homenaje que promovió en el complejo que había justo encima de la iglesia, al que acudieron todas las fuerzas vivas en Pollença, autoridades y muchísimos invitados, ya que considerábamos que era un honor tener a un artista tan importante en Pollença». Vidal sostiene que «A raíz de la buena amistad y agradecido por las atenciones recibidas, Aligi Sassu obsequió a nuestra familia con el Vía Crucis que estaba en la iglesia».