Porreres amaneció este martes con el reparto de octavillas anónimas racistas contra la nueva ubicación de la mezquita y contra el colectivo marroquí. La Policía Judicial se ha interesado por el caso y ve en él un claro delito de incitación al odio que debe de ser denunciado.
El ‘comunicado' acusa directamente a la comunidad marroquí de haber realizado obras sin permiso –la instalación de una acometida de agua– y en domingo, en la nueva mezquita que han habilitado en las inmediaciones del instituto.
Además, el texto también apunta directamente a las supuestas subvenciones sociales que reciben o frases fuera de lugar como que «se estaba mejor sin ellos, en el pueblo no nos resulta grata su presencia». El racismo que se desprende sube de tono todavía más cuando se apunta que «los robos producidos en Porreres han sido por parte de estas personas».
Hay que recordar que la comunidad marroquí adquirió hace dos años un solar urbano para la construcción de una mezquita. Ante la oposición de una parte de los vecinos, éstos decidieron permutar dicho solar con otro en las afueras del pueblo. El domingo de la semana pasada conectaron sin permiso la acometida de agua a la red pero el mismo martes abonaron todas las tasas y con los permisos oportunos.
En su perfil de Facebook, la alcaldesa Xisca Mora se negó a responder a una carta anónima y animó a los vecinos a acudir a su despacho para cualquier duda al respecto. El malestar por estos anónimos se palpaba ayer en el pueblo, donde hay quien acusa a su autor o autores de «crear alarma y un problema de crispación social». Con todo, la Policía Judicial considera que estas octavillas serían constitutivas de un claro delito de incitación al odio.