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Inquietud entre agricultores y cazadores por las ZEPA

Con este acto organizado por MÉS per Vilafranca, los asistentes pudieron aclarar sus dudas sobre la declaración de Zepa. | Assumpta Bassa

| Vilafranca |

La declaración de ocho nuevas zonas de especial protección para las aves (Zepa) en Mallorca ha despertado gran interés y inquietud sobretodo entre agricultores y cazadores. Una de las zonas más afectadas es el Pla de Mallorca donde el Govern ha previsto una zona en el Pla de Vilafranca de 1.732 hectáreas y otra en el Pla des Blanquer, con 861 hectáreas, en Maria de la Salut.Desde el anuncio de esta declaración por parte de la Conselleria de Medi Ambient, a principios de año, han surgido algunas voces en contra. Este lunes, con el objetivo de hacer llegar toda la información sobre las implicaciones territoriales en la declaración Zepas, MÉS per Vilafranca convocó una reunión en esta localidad que contó con una multitudinaria asistencia.

Fue una convocatoria en la que se aclararon algunas dudas y en las que también se mostró la preocupación de muchos vecinos ante lo que supone para sus terrenos la declaración de Zepa.El director General d'Espais Naturals i Biodiversitat, Miquel Mir, y el director Insular de Cooperació Local i Caça, Joan Manera, explicaron con todo detalle en que consiste esta figura europea para la conservación de las aves migratorias y sedentarias que forma parte del sistema Red Natura 2000. La Zepa que se propone en el Pla de Vilafranca es una zona eminentemente agrícola en la que conviven el aguilucho cenizo, la codorniz, la terrera o la arpella, las mismas que habitan en el Pla des Blanquer a las que se añade el cernícalo patirrojo.

Los cazadores se mostraron preocupados por si en estas zonas se prohibirá la caza. Mir defendió que «la declaración de Zepa y la caza es compatible. De hecho tenemos 15.000 hectáreas protegidas en las que se puede cazar, y en España hay un millón de hectáreas de Zepa en las que también está permitido». Otros agricultores expresaron su preocupación y se interesaron en saber si con esta declaración tendrían que estar limitados a una serie de cultivos. Mir destacó que «en el Pla tenemos un mosaico agrario con gran diversidad de cultivos. Precisamente este mosaico nos ha dado la presencia de aves y es lógico que los usos se tengan que mantener. Intervenir sobre los usos tradiciones entraría en contradicción con la conservación de las aves. Todas las opiniones son respetables pero siempre han de ir acompañadas de argumentos. Es de aplicación el sentido común», sentenció.

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