Joan Monjo ya es alcalde de Santa Margalida. El candidato recibió este martes los votos a favor de su partido, Convergència, y del PP, formación con la que mantiene un pacto de legislatura. Can Picafort Unit, en la oposición, se abstuvo, y Suma, la coalición que agrupa a la izquierda, votó a su propia candidata, Beatriz Gamundí.
El pleno de investidura estuvo marcado por el enfrentamiento entre Monjo y Gamundí. La regidora aseguró que si los ediles de Convergència y el PP votaban a favor de Monjo era «por la silla» y no «por convicción». Achacó «inestabilidad» en el gobierno a raíz de una conversación mantenida entre Monjo y CPU «a espaldas del PP», su socio, y recordó los tiempos en qué Monjo llamaba «Pinocho, chulo e indocumentado» a Martí Torres, el anterior alcalde. También expresó su rechazo a la gestión que PP y Convergència han hecho del Consistorio.
Monjo respondió a Gamundí durante su discurso. Respecto al pacto con el PP, aseguró que «es totalmente estable» y que «no tiene fecha de caducidad»; cuanto a las «sillas», reprochó a la regidora socialista que ella ha sido «la primera en abandonar el pueblo para conseguir una silla en Palma». También reprochó a Antoni Reus (número 1 de Suma y diputado por Més) su «silla» en la cámara autonómica y recordó que las tres veces que la izquierda ha tenido la Alcaldía ha sido gracias a su apoyo. Finalmente, tras agradecer la confianza de los regidores que lo votaron, anunció que «miraremos de hacer lo mejor para el pueblo».
La sala de plenos estuvo a rebosar de gente. Cabe destacar la asistencia de Biel Company, Sebastià Sagreras o Martí Sansaloni por parte del PP, y de Antoni Pastor, Josep Melià o Antoni Mir por parte del PI, formación con la que Convergència está asociada.