Nada más iniciarse los trabajos de exhumación de la fosa común de los republicanos en Porreres, Sandra Molinero Plaud, sobrina-nieta de la sindicalista, comunista y feminista Aurora Picornell, planificó su viaje desde Toulousse (Francia), donde reside, hasta Mallorca. Aurora Picornell fue asesinada el 5 de enero de 1937 en el Oratori de la Creu del pueblo junto a sus compañeras del Partido Comunista, Catalina Flaquer, Antònia y Maria Pascual Flaquer y Belarmina González Rodríguez y doce personas más. El objetivo de Sandra Molinero es ahora conocer de cerca la trágica historia de la hermana de su abuela paterna Llibertat y de su familia.
—¿Qué le mueve trasladarse de Toulousse hasta Porreres?
—Supimos por nuestra familia de Mallorca de la posibilidad de que se exhumaría la fosa de Porreres. La verdad es que no dudé en decidir que tenía que ir y vivir este episodio. Aquí estoy, he venido porque quiero entender, aprender y descubrir lo que ocurrió, además de también transmitirlo a mis hijos. En nuestra familia, para protegernos, no nos contaron con pelos y señales lo que ocurrió y todo lo que sufrieron. Lo hicieron a propósito. Estoy aquí para vivirlo en primera persona.
—Estando ante la fosa, ¿cuáles son sus sentimientos?
—Estoy muy emocionada... Todo esto es muy importante. Aurora era muy joven y madre cuando la mataron, tan solo tenía 24 años... Fue una gran injusticia. Me siento muy orgullosa de ella, me siento heredera de su carácter, de su manera de ser, de cómo era. Mi familia pagó muy caro su compromiso político y social –el padre de Aurora, Gabriel, y sus hermanos Ignasi y Gabriel también fueron asesinados y los otros dos, Joan y Llibertat se salvaron al estar en Barcelona de viaje–, la guerra hizo mucho daño, un daño que también han sufrido las generaciones venideras. Lo que ha ocurrido es un drama social que se tendría que haber evitado pero...
—Ha comentado que su familia, para protegerles, no les contaron todos los detalles...
—Así es, la historia de lo que ocurrió sí que la sabíamos pero no de una manera muy concreta. Las ideas de mis abuelos eran muy claras. Mi abuela casi no habla del tema, lo pasó muy mal y sufrió por todo lo sucedido y de alguna manera, nos quería proteger.
—¿Cómo eran sus abuelos?
—Mis abuelos eran personas con una mentalidad muy abierta, muy intelectuales, siempre rodeados de libros. Leían a Georges Bernanos, Los grandes cementerios bajo la luna... Ellos nos han transmitido todo lo que sabemos y sus valores.
—¿Qué espera?
—De momento estoy muy contenta de estar aquí. La verdad es que impresiona la exhumación de la fosa común de los republicanos asesinados. Me llevaré el haber podido vivir este momento histórico, un episodio que necesito que me ayude a comprender lo que ocurrió y transmitirlo a mis hijos.