Oculto entre árboles, desde la carretera casi no se aprecia su magnitud. Justo delante del local de la tercera edad de Son Servera sigue en pie el monumento de la cruz a los caídos, construido a principios de los años 40, despojado hace ya unos años de los símbolos franquistas. Es uno de los pocos vestigios que quedan de esta época en la comarca del Llevant. Según los expertos en simbología consultados por este periódico, puede quedar alguna que otra pintura en iglesias o algo de toponimia, pero un monumento de tales dimensiones no se conserva en ningún otro lugar en la Part Forana.
El Ajuntament todavía no ha decidido el destino de esta cruz. Así lo explicaba la alcaldesa de la localidad, Natalia Troya (PSOE). «Tenemos que poner el tema sobre la mesa. El equipo de gobierno se reunirá para llegar a un consenso sobre el futuro de esta plaza. A día de hoy no hay ningún proyecto sobre la mesa».
Troya añadía que «en alguna ocasión se ha planteado su retirada y habilitar un parque para mayores con la instalación de aparatos de gimnasia. Pero no hay nada en concreto y sin ningún proyecto en firme no tomaremos ninguna decisión. Ha de haber un consenso».
El monumento, en su formato original, acogía un escudo franquista que fue eliminado a principios de los 80.
Hace unos años, en 2013, hubo una propuesta del anterior alcalde socialista, Josep Barrientos, de desmontar este monumento tras la existencia de la ley que obligaba a eliminar todos los símbolos franquistas. Se habló de buscar una ubicación diferente y entre las propuestas se hablaba del cementerio.
Retirada
Hay opiniones variadas sobre el tema. Algunos entienden que se trata de un elemento arquitectónico que no tiene porque ser retirado. Otros son de la opinión de que hay que eliminar cualquier referencia a esta época.
Poco a poco, pueblo a pueblo, los ayuntamientos han ido eliminado los elementos franquistas.
Así, los últimos han sido la retirada del escudo que estaba ubicado sobre una placa conmemorativa en la iglesia parroquial de Llucmajor que se llevó a cabo en diciembre de 2015. O el caso de Sóller, que también retiró a finales de año la Cruz de Muleta.