Bob Bover, propietario del bar de Magaluf escenario del vídeo en el que un cliente es sometido a una sesión de sadomasoquismo consistente en 10 latigazos y cinco bofetadas, asegura que la destitución de la grabación obedece a una operación para «discriminar» a sus empresas. Bover sostiene también que el cliente objeto de las prácticas ‘sado' es un trabajador de un grupo empresarial competidor y que los hechos no son actuales. «El vídeo se grabó hace uno o dos años», advierte el empresario.
En el mismo sentido que Bover se expresaba el gerente de sus empresas, Javier Pedreira. El encargado de Hermanos Bover CB, Magaluf Bulevar y Bover Marí SA, asegura que el supuesto cliente protagonista del vídeo «grabado hace dos años» era entonces un trabajador de la competencia y que la distribución ahora de la grabación debe situarse en el marco de una «operación para ensuciar nuestro nombre».
Pedreira también arremete contra sus competidores en la noche de Magaluf y precisa que escenas de sadomasoquismo como las registradas ya no se producen. «Las prohibimos el año pasado», asegura.
Unas escenas que, más que sadomasoquistas, Javier Pedreira califica de «juego de machitos» entre jóvenes turistas ingleses.