Llucmajor se prepara para el verano que se avecina y lo hace con una nueva ordenanza cívica que pretende prevenir comportamientos incívicos en otras zonas costeras de la Isla para que esto no se reproduzcan en s'Arenal.
En la nueva norma se establece la prohibición del consumo de alcohol en la calle, el botellón, y la venta ambulante. Para conseguir este objetivo se establecerá un control sobre las concentraciones en la zona de la playa. También se sancionará el balconing. Para la elaboración del texto se ha contado con la colaboración de la Policía Local y el Ajuntament de Palma y de la Guardia Civil.
Gori Estarellas, segundo teniente de alcalde y responsable de las áreas de Convivència Ciutadana y Policia, afirma que han tenido en cuenta las ordenanzas de otros lugares que pueden tener problemas similares como Calvià o Palma.
Estarellas asegura que «s'Arenal era un caos hasta ahora y tenemos que buscar el equilibrio entre lo que busca la gente que nos visita y la tranquilidad que reclaman los residentes que viven allí todo el año». «No queremos que s'Arenal se convierta en Punta Ballena o en la calle del Jamón», añade.
Asegura que se trata de prevenir antes que de reprimir, y que está previsto que se repartan trípticos en los hoteles para informar a los turistas de la nueva ordenanza. La ordenanza fue presentada a la asociación de vecinos ayer por la tarde y el próximo viernes lo se dará a conocer a los hoteleros para que puedan hacer sus aportaciones. Está previsto que la nueva norma pueda aprobarse en el pleno que se celebrará a finales de este mes.