Aunque hace una semana que no llueve, el tramo del torrente de Solleric que va de Consell a Biniali lleva agua. Al rebasar la estación depuradora de Consell el agua huele a restos fecales y es turbia y de color gris. Más abajo, al cruzar el Camí Vell de Muro, esa agua gris se mezcla con otra de un aspecto brillante que genera charcos de espuma. Los propietarios de fincas situadas junto al torrente, los afectados por la situación, aseguran que el agua gris y maloliente viene de la depuradora, mientras que la brillante la vierte una lavandería ubicada junto al Camí Vell de Muro.
Este viernes fuentes de la Conselleria de Medi Ambient reconocieron un problema (puntual) en el funcionamiento de la depuradora de Consell –que ya se trata de resolver– e indicaron que la lavandería vierte residuos industriales cuando solo tiene autorización para verter aguas residuales.
Hace años que los binialers denuncian los vertidos de la lavandería sin éxito. El alcalde pedáneo de Biniali, Miquel Fiol, explica que «la gente se cree que no hago nada y llevo nueve años peleando para arreglar la situación. Parece que el Govern solo tiene ojos para lo turístico, pero ¿y nosotros qué?».
Los vecinos han dejado de beber agua de pozos próximos al torrente. Dicen que está contaminada.