El cordero de las Balears se vende en la Península con un sobreprecio de hasta 20 euros respecto al precio de mercado que se maneja en las Islas. La exportación es la opción más rentable para la payesía, ahogada por los efectos de la sequía y una crisis local histórica de precios que tocó fondo el pasado diciembre.
El sector vivió su peor momento la pasada Navidad cuando el precio de venta en Balears cayó a mínimos históricos. Los payeses denunciaban entonces un acuerdo de los proveedores para fijar el precio a la baja, acuerdo que habría causado estragos en un mercado pequeño como es el mercado local.
Transcurridos cuatro meses, la situación parece que empieza a normalizarse. Ha bastado que el Govern anunciara una línea de ayudas que subvenciona el transporte a la península hasta un 40 por ciento para que el precio de venta en las Islas recupere la normalidad a razón de una subida media de 20 céntimos a la semana.
Hoy se paga 5,20 céntimos la canal en Balears. Aún sigue habiendo una diferencia aproximada de diez euros entre el precio de Balears y el de la península. El transporte cuesta 3,60 euros por animal.
La nueva línea de ayudas al transporte entra en vigor el próximo sábado con efectos retroactivos desde el pasado noviembre y seguirá vigente hasta dos meses después de su entrada en vigor. «No se trata de sacar animales fuera, pero sin esta opción el mercado de precios se monopoliza, se ha conseguido regularizar la competencia», explica Llorenç Mas, adjunto a la gerencia del Fogaiba.
El presidente de la Cooperativa Payesa de Pollença, Martí Solivelles, destaca los efectos positivos que ha tenido el anuncio de la nueva línea de ayudas. «Los efectos tanto para ayudas a la comida como para el transporte han tenido un efecto muy positivo», dice. Lamenta haber llegado a esta situación. «Sacar el cordero fuera debería ser siempre la última carta», añade.
La Cooperativa de Pollença inauguró en septiembre el único centro de homogeneización de corderos que existe en las Illes. Desde su apertura han comercializado 5.500 corderos. Se prevé que la cifra ascienda a 8.000 a finales de año.