Unanimidad total. El pleno del Ajuntament de Manacor ha mostrado su oposición frontal al proyecto de parque fotovoltaico en la finca de Santa Cirga-Son Crespí Nou, en la carretera que une Manacor con Porto Cristo, así como otro que está en proyección en la zona de Son Pere Andreu, en dirección a Petra.
Una moción del grupo municipal del PSOE obligó a posicionar al pacto PI-PP-AIPC y al resto de oposición, Més-Esquerra y Volem. Todos coincidieron en la necesidad de apostar por las energías renovables, pero «no a cualquier precio», considerando que los terrenos no agrícolas sean prioritarios a la hora de acoger este tipo de instalaciones.
El ‘no' del Consistorio coincide con el anuncio de reducción del proyecto de Santa Cirga. El que tenía que ser el parque fotovoltaico más grande de Balears, con una ocupación de unas 90 hectáreas, ahora solo afectaría unas 60; suponiendo una reducción total de un 35 por ciento de placas. Además, también se han propuesto medidas para reducir el impacto ambiental con la siembra de masa vegetal. Hay que recordar que el proyecto inicial contó también con la oposición de la Comissió Balear de Medi Ambient.
Iniciativa
El caso de Son Pere Andreu es casi idéntico. El proyecto contempla un parque que afectaría 70 hectáreas. El pleno también se posicionó en contra. Desde el PSOE, Núria Hinojosa planteó que el consumo de territorio que supondría la aceptación de ambos proyectos «no es asumible para Manacor». Los socialistas fueron más allá y consideraron que tendría que ser el Plan Territorial de Mallorca el que marcara la normativa sobre los parques fotovoltaicos, sobre todo en lo que compita a sus dimensiones, terrenos prioritarios y control en las tramitaciones de declaración de interés general para su ejecución.
Aunque todos los partidos asumieran las tesis socialistas de la moción, desde el equipo de gobierno se destacaron los ingresos que supondría la aceptación del proyecto. Alrededor de un millón de euros en licencias y permisos, y unos 40.000 anuales en impuestos y tasas. Con todo, Manacor se opone a los parques fotovoltaicos de grandes dimensiones por su alto consumo territorial e impacto.