El antiguo convento de las monjas franciscanas de Lloseta se reconvertirá en albergue juvenil después de que el hostal abierto por el Ajuntament en este emplazamiento en 2011 se viera obligado a cerrar recientemente.
El convento es aún propiedad de la Congregación de las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia. Las monjas abandonaron el pueblo en 2011 y entonces el Ajuntament lo alquiló a un precio simbólico. Inicialmente, el Consistorio ubicó allí un hostal, pero «jamás llegó a funcionar bien», explica el regidor de Turisme i Joventut, Francesc Abolafio. «Era deficitario y, además, al entrar en vigor la nueva Ley de Turismo lo tuvimos que cerrar porque no cumplía los preceptos técnicos establecidos para desarrollar la actividad», añade.
Próximamente reabrirá como albergue juvenil. Será el tercero de Mallorca (los otros dos son el de la Victòria, en Alcúdia, y el de Can Arabí, en Binissalem). Aunque estará en manos del Ajuntament, el Consell de Mallorca se hará cargo de gestionar las reservas. Abolafio informó de que hay dos grupos interesados en usarlo este verano: uno formado por jóvenes europeos que hacen voluntariado social y otro grupo que desea venir a Mallorca para un campo de trabajo.
Utilidad
Abolafio añadió que de cara a 2017 se prevé hacer obras en la segunda planta, inutilizada desde la partida de las hermanas franciscanas, con tal de adecuarla como «espacio de uso polivalente para jóvenes».
Este espacio debe ser capaz de acoger «charlas, cursos de formación o reuniones de jóvenes», asegura el regidor. El Consistorio también equipará una sala de juegos. «El convento es el lugar más adecuado. Muchos jóvenes lo conocen, ya que fue una escuela. Los intentos de crear espacios para ellos en Sa Mina o en Ca s'Hereu no llegaron a funcionar», señala el edil.