El Ajuntament de Alcúdia ha sido condenado a abonar a dos arquitectos 30.989,20 euros más 1.125,20 en intereses de demora por la redacción de un proyecto de reforma del cementerio que nunca contrató formalmente. El juez considera probado que, aunque no se cumplió el procedimiento administrativo de contratación, hubo un encargo verbal.
Se trata de un proyecto de rehabilitación del cementerio municipal redactado en el año 2005 que nunca se llegó a ejecutar porque el Ajuntament acabó contratando a otro equipo de arquitectos.
Los arquitectos del proyecto inicial solicitaron el pago de sus honorarios y en enero de 2009 acabaron recurriendo a los tribunales. El juzgado contencioso administrativo número 2 de Palma acaba de darles la razón si bien el Ajuntament aún puede recurrir la sentencia. El juez concluye que hubo un contrato verbal del entonces alcalde Miquel Ferrer (UM) a los arquitectos porque «resulta lógico pensar que nadie hace algo a cambio de nada».