Es el proyecto estrella de la legislatura en el municipio de Pollença. Hace años que se habla de la peatonalización de la primera línea del Port, pero la ejecución de los trabajos, que finalmente comenzó el pasado noviembre, es especialmente complicada teniendo en cuenta que se trata de la zona más turística del municipio y que los plazos son ajustados.
Así, hace ahora dos semanas Tots y Alternativa (en la oposición) dieron la primera voz de alarma. Las obras estaban prácticamente paradas. El equipo de gobierno municipal (Junts, UMP), que había negado en los primeros momentos la problemática, reconoce ahora la crisis, tras reunirse con la empresa constructora el pasado 23 de septiembre. Por primera vez admite que solo hay tres operarios trabajando.
El Ajuntament reconoce ahora la «evidente» falta de personal. Habla de «problemas con la subcontrata de demolición» y de la «falta de suministro de hormigón» y asegura que entre esta semana y la próxima la empresa se ha comprometido «a poner las obras a velocidad de crucero con una progresiva incorporación de personal... para aumentar los actuales tres trabajadores a quince operarios».
Por otra parte, el Ajuntament ha pactado con la contratista un incremento de las medidas de seguridad, especialmente pensado para las próximas fiestas de Sant Antoni, que supondrá el vallado total de la zona central de las obras con cerramientos de dos metros de altura para evitar intrusiones.