Poco imaginaban los cuatro jóvenes aficionados a la caza de la perdiz con reclamo que aquella muestra organizada en 1979, y que el año siguiente se convirtió le añadió la feria, sería hoy en día una de las ferias y muestras más emblemáticas del calendario festivo de la Isla.
Y es que, este domingo y durante todo el fin de semana, las calles del pueblo se han llenado de visitantes para pasear, disfrutar y conocer la oferta empresarial, artesanal, gastronómica e incluso lúdica del municipio.
La celebración del concurso de perdices volvió a celebrarse en la Plaça Major, esta vez ante la casa consistorial, recobrando así su protagonismo después de unos años ubicado en el Dau.