Traer la comida de casa y en el celler pedir solo el vino ya no es posible. Este lunes cerró Can Castanyer, el último celler de Sineu –y probablemente de la Isla– en el que no se servía ni frit, ni llengua, ni pa amb oli ni nada que se coma sino solo vino. Era el único celler que no sucumbió a la lógica de los locales de restauración, el último auténtico.
Una taulada de una veintena de clientes habituales se despidieron de Can Castanyer con una merienda algo excepcional: porcella rostida y esnaïmada. No por ganas de celebrar, sino porque eran conscientes de que era posiblemente la última vez que merendaban en aquel local hondo y húmedo que aun conserva los muros de guix.
La apertura de nuevos negocios en los que se vende vino y la falta de clientes que acudan a merendar (no ha habido relevo generacional) a Can Castanyer han motivado el cierre. Un vinatero de Santa Eugènia ha explotado el celler los últimos años.