El restaurante Cala Conills de Sant Elm, núcleo costero del municipi de Andratx, cerró sus puertas este pasado mes de julio.
Sobre el restaurante pesaba una denuncia por irregularidades que culminó en 2013 con una sentencia firme que dictaba la pérdida de la concesión y por consiguiente su cierre.
El cierre se ha llevado a cabo este verano 2015 y la propiedad se despidió de sus clientes en su página web en el que se apuntaba que el cierre del establecimiento era «debido a un expediente administrativo iniciado a raíz de las denuncias de un vecino por excedernos en la ocupación de la superficie objeto de la concesión administrativa».
Demarcación de Costas remitió a la concesionaria un requerimiento para que se procediera a retirar las instalaciones desmontables.
Tras años de litigio la sentencia fue firme en 2013. La Audiencia apuntaba que «se ocupó una superficie de dominio público marítimo-terrestre de 1.547,80 metros cuadrados frente a los 1.298 metros cuadrados otorgados en concesión, lo que supone un 19,22% de aumento de la superficie ocupada».
También indicaba la existencia de«obras distintas de las contempladas en el proyecto básico...pués tal y como se desprende del acta de inspección levantada por demarcación de Costas en noviembre de 2007 se produjo un cambio de distribución y uso en la zona cerrada, sin haber sido autorizado», además se resalta la instalación de una terraza cubierta de 251,20 metros cuadrados«que no existía en el proyecto...en el que se contempla básicamente una zona de porche».
Además señalaba que se había producido una alteración en la finalidad del título concedido por Costas «por cuanto la concesión se otorgó en relación con un proyecto de balneario, cuyo elemento fundamental era la piscina de agua salada. Sin embargo la concesión no está sirviendo a su fin, el disfrute de la piscina a través del solárium, terrazas (y embarcadero) de uso público gratuito».
La Audiencia manifiesta que la concesión «está siendo utilizada para explotar unas instalaciones que nada tienen que ver con el uso público de la piscina de agua salada y sus instalaciones complementarias, y lo que en origen era un bar-balneario se ha convertido en un restaurante , como lo atestigua la licencia municipal de apertura y las diligencias practicadas por la Policía Local, publicitándose como tal restaurante en la página web de la instalación». «Resulta claramente acreditada la alteración de la finalidad de la concesión, constituyendo motivo de entidad para acordar, por si solo, la caducidad de la concesión».
Malestar
Por otra parte, el cierre ha causado malestar entre vecinos de este núcleo costero que han manifestado que «no tendría que haberse llegado a esta situación» y algunos apuntaban que la clausura de este establecimiento «afectará a ocho familias».