La aprobación de la nueva ponencia de valores totales de los bienes inmuebles urbanos de Inca provocará una rebaja media del 30% en el valor catastral.
Este hecho vendrá principalmente derivado de la nueva valoración del suelo respecto a la producida en 2003 y que se empezó a gestionar hace poco más de un año.
«Durante el proceso se ha llevado a cabo una labor muy cuidadosa por parte de los técnicos del catastro y municipales para tener unos datos exhaustivos del precio de mercado del terreno y de la edificación, lo que ha dado un resultado más en consonancia con la situación actual», señaló el teniente alcalde, Ángel Garcia.
Asimismo, la ciudad pasa de tener 5 zonas valoradas a tener 14 zonas. Este hecho también ha ayudado a diferenciar entre áreas con precios más elevados y otros más baratos para ajustarlo todo a la realidad de la zona.
La rebaja de valor catastral afectará directamente aquellos impuestos y tasas que lo tomen como base de cálculo. Así, transmisiones patrimoniales o plusvalías verán reducido el importe a pagar. «Creemos que esta bajada puede ser un estímulo económico, por ejemplo un empresario que pague menos puede destinar dinero a reformar su local comercial, lo que llevará trabajo de obras y una mejora del negocio propio», ha explicado el alcalde, Virgilio Moreno.
Por otra parte, esta reactivación podría ser un foco de atracción para empresas locales o foráneas y un empuje para el mediano y pequeño comercio. Además, desde el Consistorio subrayan que con la medida los vecinos y empresarios tendrán un modelo más justo de valoración.
Recuerdan que esta revisión puede afectar al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), pero no de manera única. El IBI viene marcado por otras valoraciones de carácter nacional y local, pero también está sujeto a una legislación propia. «Los diferentes grupos del equipo de gobierno nos debemos reunir para saber cómo repercutirá la bajada a la contribución», aclaró Ángel García.