Los propietarios de Biniarroi y el Puig del Suro han constituido una asociación de vecinos con la intención de desencallar la aprobación de un plan especial que permita revitalizar este núcleo rural, congelado en el tiempo, a raíz de la despoblación progresiva que sufrió tras el gran corrimiento de tierras de 1943 debido, principalmente, a la transformación de la sociedad de la época.
El camino público que conduce al llogaret es prácticamente imposible de encontrar, comido por la maleza. Los vecinos acceden desde los años 70 a través de un estrecho camino privado. Hoy por hoy hay un único vecino empadronado en el núcleo rural que conserva los encantos de la Mallorca de principios del siglo XX y se ha convertido en una ruta atractiva para el turismo rural extranjero y nacional.