Los ocho jóvenes sencellers que trabajan en la recuperación de las edificaciones del Camp del Bisbe no estudiaban, estaban en paro. Ahora, gracias a una iniciativa del Casal de Joves, aprenden y trabajan y cuando obtengan el certificado de aptitud recibirán una retribución de 250 euros cada uno. La iniciativa cuenta con una ayuda de la Unión Europea.
En la Cova des Camp del Bisbe se han hallado relevantes restos arqueológicos. Es una propiedad privada gestionada por el Ajuntament de Sencelles. Aloja dos edificaciones, de marès y de escaso interés patrimonial, que estaban casi en ruina. Los jóvenes las están reformando siguiendo técnicas de bioconstrucción, con materiales naturales, de kilómetro cero y sostenibles. También reforman el muro o marge de pedra en sec que separa la parcela de la carretera.
«Se aprende bastante», «hay buenos profesores» o «me gusta trabajar con mis amigos» son parte de las valoraciones que hicieron los jóvenes al ser preguntados al respecto. No hablaron mucho, pero demostraron estar satisfechos de su nueva ocupación. Alguno de ellos ya había trabajado antes en el terreno de la construcción, pero en unas garantías laborales de precariedad, explicó. Algún otro indicó que le gustaría dedicarse a ello. El curso tiene también una parte teórica.